Mezcla de intriga y humor, en 1976 se estrenó una de las películas más ingeniosas que ha dado Hollywood, se trata de "Un cadáver a los postres", de Robert Moore. Dicho director era poco conocido en el mundo del cine, realmente era más un profesional del teatro, pero de los protagonistas del filme no podemos decir lo mismo, ya que reúne un elenco de actores maravilloso, empezando por David Niven, continuando por Peter Sellers o Peter Falk, o incluyendo al mismísimo Alec Guinness o al escritor Truman Capote.
La cinta es ante todo una parodia, hecha con enorme maestría, sobre las novelas policíacas. No en vano la trama de la película, reuniendo a los más famosos detectives del momento, es una clara declaración de intenciones. De una manera muy elegante y complementado con toques cómicos, algunos de ellos realmente ingeniosos, la película homenajea, parodia, e incluso ridiculiza a los archiconocidos personajes Sam Spade, Hércules Poirot, la Srta Marple, etc, y su guión es una referencia tan evidente como directa de la fabulosa novela de Agatha Christie "Los diez negritos".
Gran parte del mérito de esta película hay que dárselo a su guionista, el famoso novelista Neil Simon, quién elaboró una trama sorprendentemente original tomando como base la obra de Christie, donde nada ni nadie es lo que parece, y consigue mantener al espectador en vilo sin quitarle la sonrisa de la boca. Como bien explica él mismo en una entrevista, pudo dar rienda suelta a toda su imaginación.
Escenas memorables como la "conversación" entre el mayordomo ciego (Alec Guiness) y la cocinera sordomuda (Nancy Walker), la recepción de los invitados por parte del mayordomo donde Guiness está realmente espectacular, o la aparición estelar de Truman Capote como malévolo anfitrión, son algunas de las joyas de esta película.
El filme está lleno de guiños y de juegos de palabras. Si domináis el inglés os recomiendo que la veáis en su versión original, no tiene desperdicio. Sin ir más lejos, el propio título original "Murder by Death" ("Asesinato por muerte") es un clarísimo ejemplo.
Como curiosidades deciros que el castillo de la película fue construido y diseñado dentro de los propios estudios de Hollywood. Alec Guinness aportó él mismo los artilugios necesarios para interpretar el papel de mayordomo ciego; otra anécdota que refleja la grandísima profesionalidad del actor británico.
Mención especial merecen los títulos de crédito de la cinta, acompañado de esa maravillosa música de Dave Grusin:
Si todavía no has visto esta película ni que decir tiene que te la recomiendo, ya que el final de la trama no te dejará indiferente. Muchos somos los que, aún a pesar de haberla visto en repetidas ocasiones, todavía seguimos dándole vueltas al desenlace final.
Os animo a que la degustéis, pero ojo con lo que pedís de postre...