Tenemos recién estrenada la nueva versión de It, esa novela de terror del conocido Stephen King sobre un payaso asesino que se lleva a los niños.
Sirva de aviso que yo no vi la versión del año 90 y ni tan siquiera he leído el libro, por lo que no haré comparación alguna en este sentido. Me centraré únicamente en analizar la cinta actual, dirigida por el argentino Andrés Muschiettiquien se dio a conocer con Mamá (2013).
Andrés Muschietti
El resultado de Muschietti es un film donde abundan más los sustos que el terror en sí. Se trata de un largo metraje (135 minutos) que se mueve en el filo que separa lo fantástico de lo terrorífico. Película que pierde en lo segundo pero gana en lo primero.
Asumiendo las reglas de juego del cine fantástico el film se desarrolla con soltura y sobriedad. Cada aparición del payaso está rodeada de múltiples efectos especiales entre los que destacan las transformaciones y donde la ambientación ayuda a recrear espacios bien propios del mundo onírico.
Cosa muy diferente es en el plano terrorífico. Aquí ITno consigue deslumbrar, y sus armas son los típicos cambios bruscos de volumen y los repentinos sustos, todos ellos muy previsibles.
En el fondo estamos ante algo así como una película de Los Goonies pero con una mezcla de géneros, donde los protagonistas son un grupo de amigos adolescentes, y el valor de la amistad es lo más importante. La película trabaja bien en la personalidad de algunos de sus protagonistas, aunque no en todos, y cautiva más por sus momentos intimistas que no por las escenas del malvado payaso.
Tenemos personajes muy variopintos donde todos ellos tienen un drama personal, liderados por el protagonista Jaeden Lieberher, a quien acompañan entre otros el típico amigo gordito del que todos se ríen, el aprensivo de turno, el friki de mente rebuscada o la habitual chica (cómo no!) que será objeto de las clásicas miradas bobaliconas.
Jaeden Lieberher
Jeremy Ray Taylor
Jack Dylan Glazer
Finn Wolfhard
Sophia Lillis
A destacar también tanto la fotografía a cargo del coreano Chung-Hoon Chung como la música del británico Benjamin Wallfisch
Concluyendo, y a diferencia de la mayoría de adaptaciones de las novelas de Stephen King, esta película tiene el hándicap de parecer estar orientada a un público de corta edad. Su guión es muy sencillo, se apoya en las bases clásicas del género juvenil, donde el concepto de grupo/amistad, las aventuras, el enemigo común, los sobresaltos y los puntos cómicos son los pilares. Destacable, por cierto el punto ácido que aporta Finn Wolfhard especialmente por sus diálogos.
Pero en el fondo se trata de una película sobre la figura del "Hombre del Saco" o del "Coco" del que se han servido muchas veces los padres para tratar de domar a sus hijos. Un mero entretenimiento, rodado principalmente en Ontario (Canadá) que al parecer está teniendo una tremenda acogida en los Estados Unidos. Veremos qué ocurre en nuestro país, pero ya se está preparando la segunda parte.
Se trata de la última película del director Paco Plaza. Una nueva incursión en el género de terror y que está consiguiendo encoger los corazones de los sufridos espectadores.
Es importante reseñar que el filme está inspirado, que no basado, en un caso real. No es una recreación de los hechos sino una adaptación de los mismos. Allá por los años 90 ocurrió un terrible y extraño suceso, al parecer de carácter paranormal, en el hogar de una familia de Madrid. Fue conocido como el Caso Vallecas.
Paco Plaza, co-director junto con Jaume Balagueró de la mítica REC y director de sus posteriores secuelas, ha decidido introducirse en los pormenores de aquel sorprendente caso ocurrido en una vivienda del conocido barrio madrileño y llevarlo a la gran pantalla. Se produjeron extraños fenómenos durante muchos meses llegando incluso a situaciones dramáticas, pero el guión de la película recompone y adapta la historia compactando en tres hipotéticos días de verano del 91 una pequeña parte de lo que allí sucedió. Plaza vuelve a mostrar su capacidad para manejarse con soltura en el género de terror, aunque en esta ocasión tengo la impresión de que no llega a hacerlo con la comodidad que a él le hubiera gustado. Luego haré hincapié sobre ello.
Considero que Plaza acierta con la elección de la temática de esta nueva película por un doble motivo. En primer lugar porque fue la primera y única vez que un informe oficial de la policía dejó constancia de que se trataba de un caso de efectos paranormales. De hecho el informe que elaboró el propio inspector de policía al que le tocó acudir a al lugar de los hechos, José Pedro Negri, ha servido de base para el argumento, circunstancia que refleja el grado de fiabilidad del caso. Negri apareció incluso, hace algunos años, en un programa de Cuarto Milenio volviendo a relatar aquella increíble historia.
Además, Plaza ha sido un gran estratega con la elección del tema, pues el ExpedienteVallecas fue consecuencia de una sesión Ouija realizada por la hija del matrimonio que allí vivía. La Ouija es de aquellas cosas que, debido a la aureola de misterio que la envuelve, despierta siempre el interés entre los más jóvenes, pero además atrapa también a los que ya tenemos una edad, puesto que fue precisamente en los años 80-90 cuando empezó a darse a conocer. No resulta difícil encontrar a alguien de mi generación que haya participado en alguna sesión ouija y aún recuerde impactado lo que allí vivió. Inteligente y estratégica, por tanto, la apuesta la del director madrileño asegurándose así un público de edades muy diferentes.
La cinta tiene el acierto de saber retrotraer al espectador a años pasados, y de atraparle en ese halo de misterio/miedo que envuelve la mayoría de las escenas. Ahora bien, hay dos aspectos en todo esto que se convierten en armas de doble filo.
Por un lado el filme tiene momentos de gran tensión, y consigue recrear una atmósfera maléfica y angustiosa para el espectador. Se aprovecha muy bien de la indefensión y debilidad de los niños, ya que los hermanos pequeños de la protagonista tienen bastante presencia durante toda la película. Los peques cumplen estupendamente su papel, pero hay momentos en que se dispara cierta comicidad que rebaja tensión a la trama. En mi opinión, Plaza comete el error de exceder la dosis cómica, tratándose de un caso como éste.
En segundo lugar la labor de dirección artística es magnífica. Consigue ambientar un domicilio, un colegio, una barriada incluso, con los tintes retros de años anteriores. Incorpora también música de los Héroes del Silencio, y alguna que otra grata sorpresa para los amantes de la publicidad televisiva. Hasta aquí.. chapeau!
Ahora bien, dándole una pensada posterior creo que la ambientación se ha retrotraído demasiado atrás en el tiempo. Aparecen ciertos muebles, utensilios, y demás ornamentos que son más propios de finales de lo 70 y/o década de los 80. Por ejemplo, y aún a riesgo de ser considerado spoiler, decir que la película tiene un guiño continuo con un antiguo y pegadizo anuncio del producto de limpieza Centella. Según mis indagaciones el anuncio era de los 80. Os lo dejo para que lo rememoréis:
En cualquier caso la cinta mantiene bastante bien la atención y la tensión durante los 105 minutos de metraje, introduciendo a una nueva actriz, SandraEscacena, en el papel de Verónica, que sin destacar en demasía también aguanta bien la inexperiencia de su estreno. Por otro lado incorpora también a la ya veterana AnaTorrent, aportando la sobriedad necesaria en el papel de sufrida y trabajadora madre.
Por contrapartida hay algún que otro personaje que parece cogido con pinzas, como el de la Hermana Muerte, que toma cierta relevancia al principio pero termina difuminándose con el paso de los minutos.
Para concluir vuelvo al comentario que dejé colgado, sobre si Paco Plaza no consigue la comodidad ideal en el desarrollo de la cinta. Tengo la sensación que la complicación del caso real en cuestión le ha hecho vacilar en muchos aspectos. Tratar de adaptar el extenso Expediente Vallecas en tan solo 3 hipotéticos días es una tarea muy complicada y conlleva ciertos riesgos. Desconozco también si tuvo dificultades, presiones o reparos para tratar de profundizar más en el caso real. Sea como fuere, el resultado termina siendo una buena película pero que deja el regusto de haber desaprovechado una magnífica ocasión para haber conseguido una gran obra.